viernes, 14 de abril de 2017

Cancionero Popular, por Garper

EL RINCÓN DE GARPER.
CANCIONERO POPULAR DE AMPUERO: LOS SACRAMENTOS
El cancionero de Ampuero cuenta con preciosos romances petitorios, entre los que tenemos: Las Marzas, Las Pascuas, Los Mandamientos y Los Sacramentos. De estos últimos nos toca hoy hablar.
Cantando las Marzas el 1-3-64


En 1980, incluimos en nuestro librito, La Bárcena de Ampuero (Un barrio para la historia), el romance petitorio Los Sacramentos, que cantábamos junto a Las Pascuas de Resurrección. Como homenaje, queremos recordar a la persona que en 1980, nos transmitió de viva voz el romance de Los Sacramentos. Nos referimos a Gorio Núñez. Una vez recogido el tradicional romance, Gorio, nos insistió: “Hay que tener en cuenta la música, que es muy popular y preciosa. No hay que olvidar el estribillo y, si se puede, con voces que destaquen del grupo. Ahí van Los Sacramentos dedicados a la memoria de Gorio Ñúñez. Gracias a su aportación conservamos hoy en el Cancionero de Ampuero este romance petitorio que la tradición nos fue pasando de siglos atrás:

   Si quieres oír madama,/ los Sacramentos cantar,/ incorpórate en la cama/ que te los voy a explicar./ ESTRIBILLO/ El primero es el Bautismo,/ ya sé que estás bautizada,/ que te ha bautizado el cura,/ para ser buena cristiana./ ESTRIBILLO/ El segundo es Confirmación,/ ya sé que estás confirmada,/ que te confirmó el obispo/ para ser mi enamorada./ ESTRIBILLO/ El tercero es Penitencia,/ esa me la echan a mí,/ que el andar contigo a solas/ no lo puedo conseguir./ ESTRIBILLO/ El cuarto es Comunión,/ recíbela con anhelo,/ que si en gracia la recibes,/ derechita irás al cielo/ El quinto es Extremaunción,/ de extremo a extremo te quiero,/ que solo pensando en ti,/ Yo, vida mía, no duermo./ ESTRIBILLO/ El sexto es el Orden,/ yo cura no lo he de ser,/ que en el libro del amor,/ toda mi vida estudié./ ESTRIBILLO/ El séptimo es Matrimonio,/ es el que vengo a buscar/ que aunque tus padres no quieran/ contigo me he de casar./ Aquí se acaban las sales/ y los siete sacramentos,/ le damos la despedida/ a este pueblo que yo quiero./ ESTRIBILLO:/ “Que sal mi vida,/ que sal mi dueño,/ que sal de amores/ es cuerpo bueno”.
En nuestro trabajo de investigación del cancionero ampuerense, queremos rescatar la música de las canciones. En este caso, recordamos la tonada de las estrofas y la del estribillo, pero vamos a contrastar con las voces de mis amigos que, en los años sesenta, cantaron esta reliquia antañona. De esta forma tendremos los deberes bien hechos en esta parcela cultural.

En la próxima crónica del recuerdo hablaremos de otra reliquia: “Los frailes del babero”, canción que un grupo de ampuerenses compuso con motivo de la famosa gripe del año 1918.
OTRAS DOS JOYAS DEL CANCIONERO DE AMPUERO: LOS FRAILES DEL BABERO Y MIS DOS CARIÑOS
Estas dos joyas del cancionero ampuerense, las tenemos recogidas en nuestro ilusionante trabajo de investigación desde hace años. La de “Los frailes del babero” tiene su origen en la histórica “gran epidemia de pandemia de gripe de 1918 y 1919”. Un grupo de ampuerenses, suponemos que una vez finalizada la pandemia, sacó esta canción que conservamos con letra y música, gracias a nuestro querido e inolvidable hermano, Manuel, “Lolo, el del Palacio”. En cuanto a “Mis dos cariños” la recogimos en nuestra infancia. Muchos fueron los que emigraron de nuestro pueblo a México buscando “las Américas” convirtiéndose en indianos. Recordamos a unos hermanos de Bernales conocidos como “Los Pelos”.
Ángel, el que más fortuna amasó, cuando venía los veranos, le gustaba organizar un concurso de canciones. En 1960, nos sorprendió con un pasodoble, Mis dos cariños, fruto de sus sentimientos de emigrante, con letra y música de Lucrecia Teruel.
 Los frailes del babero: / Los frailes del babero, /tú caerás/ y ahora lo verás/ ahora sí/ los frailes del babero/ ¡quiquiriquí!/ tienen un huerto/ señor Joaquín/ tienen un huerto, / para sembrar cebollas, / tú caerás, / y ahora lo verás/ ahora sí/ para sembrar cebollas/ ¡quiquiriquí!/ ajos y puerros/ señor Joaquín/ ajos y puerros. / Y el gripe en estos pueblos/ tú caerás/ y ahora lo verás/ y ahora sí/ y el gripe en estos pueblos/ ¡quiquiriquí!/ ha hecho estragos/ señor Joaquín, / ha hecho estragos/ y a nosotros nos deja/ tú caerás/ y ahora lo verás/ ahora sí/ y a nosotros nos deja/ ¡quiquiriquí!/ para otro año, / señor Joaquín, / para otro año. / Y hasta el señor director/ del hambre que está pasando/ se le ha caído el bigote/ y ahora le está retoñando/ los frailes del babero/ tu caerás/ ahora lo verás, / ahora sí, / los frailes del babero, / ¡quiquiriquí!/ tienen un huerto/ señor Joaquín, / tienen un huerto, / para sembrar cebollas/ ¡quiquiriquí!/ ajos y puerros/ señor Joaquín, / ajos y puerros/ ¡VIVAN LOS FRAILES DEL BABERO!
MIS DOS CARIÑOS: Cuando salí de mi pueblo/ mi pueblecito de Ampuero/ sentí que allí se quedaba/ mi corazón todo entero. / ¡Ay! villa de Santander/ enclavada en la Montaña/ aunque viva en tierra extraña/ yo nunca te olvidaré/ ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! te olvidaré. / Pero al llegar a este suelo/ lindo suelo mexicano/ donde me abrieron los brazos/ con un cariño de hermano/ sentí el alma agradecida/ y con profunda emoción, / mandé traer de mi Ampuero/ la mitad del corazón. / Y así tengo repartido/ en dos mitades mi amor/ que si en Ampuero he nacido/ Tijuana todo me dio. / De esta tierra generosa/ un puñado me he de llevar/ para ponerlo en mi fosa/ cuando a mi Ampuero del alma/ cuando a mi Ampuero del alma/ regrese al fin a quedar.
                                                                                                                 JESÚS GARCÍA PÉREZ
 
 
 
 
 
 

 

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