La Señorita Nati II, por Mari Carmen López

Niños en la escuela de Ampuero, allá por 1930.

Efectivamente, la señorita Nati, vino a Ampuero en el año 1934. Era oriunda de Maliaño, donde a última hora, cercana a su muerte, vivió con una hermana. Desde que llegó a Ampuero, se quedó en mi casa, en la calle Abajo, número 19.
Después vino a Limpias, procedente de Burgos, un maestro que se llamaba Nemesio Fernández, y se enamoraron. Durante su noviazgo, venía a buscarla a mi casa, y para llamarla tocaba un picaporte que había en la puerta, en aquellos años, no existían los timbres.
Vivió varios años, hasta su matrimonio con Nemesio. Llevaba a mi padre a la escuela de párvulos, y le enseñó  a leer y escribir. Más tarde, después de su matrimonio se fueron a vivir a Limpias. Vivían en las escuelas, en el piso superior. De niña, me llevaba con ella a la escuela. Venía en una moto pequeñita negra y la dejaba en mi casa, y desde allí partíamos a la escuela.

Cuenta Jesús que sacaba los pupitres a la alameda de los tilos, yo recuerdo que en mis tiempos, en la parte de debajo de la escuela, había una clase enorme, donde ella recogía con tanto cariño a los niños que lloraban al separarse de su madre.
Desde bien pequeños nos introducía en las manualidades, y a las chicas, nos enseñaba a coser.
Recuerdo que con cinco años, yo hacía unas labores muy bonitas para entregar a las madres como regalo, que entonces era el día de la Inmaculada, el 8 de diciembre.

También hacíamos unas tarjetas cosidas con un ratoncito para el día de San José, que era el día del padre.
Había un cuartito pequeño, donde a media mañana nos llevaba y nos daban leche elaborada con leche en polvo, y una porción de quesito. Eso era por igual a los niños y a las niñas, pues ya en aquellos años existía para ella la coeducación.
Jugando nos enseñaba las letras y a veces cantando, y los números.
Yo pasé unos años muy agradables junto a ella.
Después ya me fui al colegio de las monjas, que era un colegio privado. Recuerdo que las niñas del primer grado del colegio, al venir a la escuela, nos recibían con recelo, y la hermana Concepción nos hizo una prueba, casi a modo de examen, en la cual nos mandaba leer y escribir, y las niñas del colegio se quedaron un poco asombradas, pues leíamos perfectamente, amén de sumar, restar y multiplicar, quizá sabíamos hasta más que lo que sabían ellas.

Después de los 35 años de enseñanza en Ampuero, se trasladaron a Santander. Compraron un piso en la calle Rualasal, y allí permaneció hasta su jubilación. Toda una vida modélica, dedicada a la enseñanza. Cuando aún vivía en Limpias y venía en aquella moto pequeña negra, un día tuvo una caída y recuerdo que me llevaba mi madre a visitarla a su casa, se había roto una pierna y hasta que sanó, íbamos a verla cada domingo.

Después de su jubilación compraron un piso en Liérganes, el piso estaba situado encima de la discoteca "Los Cañones", y allí estuvo varios años. En Liérganes también la visitamos alguna vez.
Después y yo creo que coincidiendo con el fallecimiento de su marido es cuando se fue a vivir a Maliaño. Tuvo cuatro hijos varones: Nemesio, que se casó en Limpias, con una hermana de Vale (el marido de Pili la de Taquio), luego estaba Luis, que ha sido médico en Bárcena de Cicero, hasta su jubilación, Pepín que vivía en Bilbao, y por último Pedrom, que es el que le ha proporcionado esta foto tan bonita a Jesús García, y que es fotógrafo profesional en Santander, conocido como Pedro Palazuelos.
En el 2005 falleció con 91 años y fue enterrada en Maliaño.
Una gran maestra se perdió, pues nació y murió con la misma vocación. Además fue pionera de la coeducación, y muy adelantada en educación.
Jesús cuenta que sacaba los pupitres a la avenida de los tilos. Yo recuerdo que en mis tiempos, no eran pupitres, eran unas mesitas pequeñas cuadradas y que eran para varios alumnos, los cuales tenían unas sillitas también pequeñas.

                                                            La historia contada por Mari Carmen López