miércoles, 10 de febrero de 2016

El Rincón de Garper. Fernán González

         
                         EL RINCÓN DE GARPER


FERNÁN GONZÁLEZ, PRIMER CONDE INDEPENDIENTE DE CASTILLA

   La Bien Aparecida es un rincón paradisíaco que el viajero debe apuntar como punto obligado de visita. ¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántos momentos felices ha vivido “el cronista” en estas alturas!
   Dejamos Marrón a orillas del río Asón y pronto iniciamos el ascenso. Aconsejamos hacerlo a pie para degustar de tan espléndido paisaje. Metidos a peregrinos, y siguiendo el “viacrucis”, deleitados por el trino de los pájaros y las vistas de encanto, que a medida que ascendemos se hacen más bonitas, llegamos al robledal singular que adorna el santuario. Luego, desde las inmediaciones de este lugar de privilegio, a trescientos metros de altitud, se nos ofrece un ramillete de bellos panoramas: los montes que parecen jugar con las nubes, el río Asón, sinuoso, con destellos de corona plateada, buscando recovecos  por Udalla; hacia el sur la Sía y Los Tornos con aires de Castilla; más cerca Ramales y los montes vascos y al oriente, como colgada del cielo, la ermita de Nuestra Señora de las Nieves…¡Qué remanso de paz para el espíritu! ¡Qué respuesta para quien busca sosiego!
   En estas alturas, en la que la Virgen Bien Aparecida tiene asentado su trono, debió existir un castillo que aparece en las crónicas de nuestros antepasados con el nombre de San Mateo. Se cree que en él vivió el infante don Pelayo y, se sabe, que en él se crió el conde Fernán González, según tradición lejana, apoyada por respetuosos textos.
   En lo más alto y llano de Hoz de Marrón, en Bosquemado debió estar el castillo de San Mateo, donde pasó la infancia Fernán González. Por eso, si el viajero una vez pasado el santuario de la Patrona de la Montaña, siguiendo la carretera que nos conduce al Valle de Aras, encontrará a la derecha un hito coronado por una cruz. En la pilastra cilíndrica podrá leer: “MILENARIO DE FERNÁN GONZÁLEZ. 1943”. En dicho año vino una representación de la Excma. Diputación de Burgos y, en hermanamiento cultural con Ampuero, colocaron dicho hito.



Apoyándonos en la tradición escrita encontramos en el Poema de Fernán González, texto venerable escrito en el siglo XIII:
   “Enante que entremos delante en la razón,/ decir vos he del conde cual fue su criazón,/ furtol un pobrecillo que labraba carbón,/ tovol´ en la montanna una gran sazón.”
   Con alguna diferencia lo cuenta la Crónica General, en su redacción de 1344. No es un carbonero sino un “caballero” el que cría y educa al conde.
   “Criolo un caballero bueno, que era ya viejo de edad e non pudo usar armas como complía: e el caballero era muy sesudo e muy de buenas maneras, e así como el era muy bueno, ansi mostró al conde Fernán González todo aquello que le complía facer”.
   Pero es el abad montañés de Arlanza, nacido en Ruesga, fray Diego de Arredondo quien escribe con más claridad sobre el conde.
   “El conde don Gonzalo Núñez dioles y entregoles a este su fijo Fernán González para que lo criasen y guardasen y sirviesen commo a su persona mesma. E los montañeses mucho mejor lo facían cada día, ca mucho les agradaba el donaire y gesto y fermosura de este niño Fernán González. E parescía en todo un espejo lleno de honestidad. E todos los caballeros unánimes fueron cerca del lugar de San Mateo en la Montaña a do fuera criado y dado a criar a un caballero ya anciano bueno y de muy esclarecido linaje, por nombre don Martín González, muy sesudo, que ya por la gran antiguidad non podía usar pleito de armas…E como este Martín González era de muy buenas mañas, enseñaba al conde todas buenas costumbres e aquello que le complía facer para tal hombre como el era y el estado en que había de ser. E el niño como venía de buena simiente y alabanza de Dios acrecentaba fruto ciento al doble y tanto que muchas veces decía aquel caballero Martín González a los otros caballeros e condes de Castilla que si aqueste niño visquia que había de ser luz y espejo de España según lo que aun  pequeño en el parescia. E vinieron todos allí a Marron, y trajieronle a Burgos…”
   La tradición de la estancia infantil del conde en esta zona está concorde en los tres textos transcritos, diferenciándose el Poema de las dos crónicas de la calidad del mentor. Cuenta una leyenda que estando cazando, el pequeño corcel se perdió en Ampuero y fue hallado al grito de ¡Apertus detectus! y de Apertus deriva Ampores llegando finalmente a Ampuero…

                                                                        Jesús García Pérez (Garper)

7 comentarios:

  1. Historia poco conocida de nuestro pasado hidalgo y castellano viejo. Este monolito se hizo de la mano de los fastos que conmemoraron la efeméride del milenio del nacimiento del primer conde de Castilla Fernán González en Burgos (cabeza de Castilla). Historia para dar a conocer y que puede ser un elemento dinamizador del turismo junto a la torre de los Espinas, los molinos y las ferrerías.
    Sigue así Santi con tu buen trabajo. Saludos. Salva.

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    1. Pues si. Una posible aproximación al origende Fernán Gonzalez. Pero antes que Castellanos Viejos ¿Seriamos algo, No?

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    2. Pues si. Como España Cantabria ha sido un crisol de culturas. La época de Fernán González es anterior a las Asturias de Santillana y posterior al inicio de la reconquista que comenzó realmente en el valle de Liébana. Y mucho antes los pueblos cántabros. Saludos.

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  2. Esa cruz donde esta situada?

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  3. El lugar se llama Bosquemado (bosque quemado) y está en una orilla de la carretera que después de pasar La Aparecida continua en ascenso hacía la Junta de Voto. Calculo que a unos 200 0 300 metros.

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  4. Interesante pasaje de nuestra historia. Ampuero tiene un hito importante en la historia de Castilla y se le da poco valor. Se debería potenciar más este hecho en el municipio. A nivel turístico puede repercutir positivamente.

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