Como todos los años las fiestas comenzaron con el lanzamiento del chupinazo, en esta ocasión el viernes 4 de septiembre. Un festejo que reúne a cerca de un centenar de adolescentes, bajo el balcón del Ayuntamiento, que se lo pasan en grande mojándose con calimocho. El resto del público, más precavido, se sitúa en los extremos para contemplar como se lanza el cohete y se canta el Himno de Ampuero.
Este año las autoridades pretendieron una celebración diferente de este acto inaugural de las Encerronas. "Se decidió que después de la lectura del pregón, sonará el himno de la villa y con ello, se anima a la gente a levantar el pañuelo a la vez que se canta el mismo. Para terminar, se gritarán los tradicionales "vivas" y se lanzará el esperado cohete, lo que significará que han arrancado las fiestas"
Esta iniciativa para dar mayor vistosidad al chupinazo es positiva aunque resulte un poco "fotocopiada". Hay que confiar en que no terminemos gritando: "Gora la Virgen Niña".
Las autoridades en el balcón, a Revilla ni se le veía entre los pañuelos alzados.
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