lunes, 22 de junio de 2015

Ampuero con el Racing. Garper


                            EL RINCÓN DE GARPER
 
 
AMPUERO SIEMPRE CON EL RÁCING: INOLVIDABLE CELEBRACIÓN LA VIVIDA EL DOMINGO 10 DE ABRIL DE 1960 POR EL ASCENSO A PRIMERA DIVISIÓN

  Se cumplen en estas fechas cincuenta y cinco años de uno de los ascensos, a primera división, de nuestro querido Rácing.
El cronista rememora la fecha, viajando al recuerdo del día 10 de abril de 1960: “Domingo de Ramos”. Por la mañana asistió a la misa solemne del inicio de la Semana Santa. Portaba, como era costumbre, un hermoso ramo de laurel florido y lleno de rosquillas. En Ampuero, además del esplendor de la preciosa celebración del inicio de la Semana Santa, la que más gustaba a los niños y niñas junto al canto de las Pascuas de Resurrección, flotaba en el ambiente el decisivo partido que el Rácing iba a disputar a la tarde contra el Celta de Vigo.

   Ampuero siempre ha estado con el equipo de la tierra y ese día la asistencia de aficionados fue masiva. Unos se trasladaron a la capital en tren y otros en el autobús de “Paco, el de Rasines”. Tanta pasión reinaba en aquella jornada futbolística que acudió la Banda Municipal de Ampuero, con la ilusión de dar alegría a un posible ascenso. Daniel Freire, inolvidable e incombustible racinguista tenía organizado y planificado todo hasta el último detalle. Ante un hipotético ascenso que conllevaría  a una fiesta entrañable, con la banda de música, Daniel acudió al ampuerense de pro, don Antonio Ruiz y Ruiz, ingeniero jefe y Delegado en Santander del Ministerio de Obras Públicas, para que pidiese un permiso en el Obispado. Permiso que les permitiese tocar, en caso de conseguir el ascenso. El obispo, por aquel entonces, don José Eguino y Trecu, se lo concedió y Ampuero acrecentó aún más el sobrenombre que se acuñó para don José como “El Obispo Bueno”.
 
El partido se inició a las 4,45 de la tarde, bajo las órdenes del árbitro vizcaíno López Zaballa. El Rácing formó con la siguiente alineación: Cardoso (portero); Pallás (lateral dcho.); Santamaría (central y capitán); Pardo (lateral izqdo.); Duró y Crispi (medios); Monchito (extremo dcha,); Florit (interior); Sampedro (delantero centro); Coque (interior) y Yosu (extremo izqda.)

   Desde el pitido inicial y con el célebre.”Alaví – Alavá – Alavín – Bon – Va. Rácing, Rácing, ra, ra, ra...” se empezó a hacer historia. Entre las crónicas de la prensa local entresacamos:

   “El primer tiempo quedó con el marcador 0 – 0. A los 37 minutos de la segunda parte, Florit pasó a Sampedro, este se hizo con el balón, se internó y, desde lejos, a unos treinta metros, lanzó un impresionante tiro que se coló en la red por la escuadra. Tiro magnífico que no pudo interceptar Padrón a pesar de su estirada.

   Cuando se estaba saboreando este gol, al minuto treinta y ocho una hipotética falta de Santamaría a Bayo es castigado por este: se forma un barullo ante la portería de Cardoso y País lo resuelve marcando. Los racinguistas  protestan por entender que el gol ha sido marcado ilegalmente. Vacila el árbitro, pero termina concediendo el tanto.

   Hasta el final hubo forcejeos en ambas puertas sin que se alterase el marcador de empate a uno. Con este resultado el Rácing, a falta de un partido, quedó campeón automático del Primer grupo de Segunda División, logrando así el ansiado ascenso.

   Al terminar el partido, los jugadores del Celta abrazaron y felicitaron a los del Rácing, mientras que el público acogía el ascenso del equipo con grandes aplausos. Se lanzaron numerosos cohetes y se soltaron palomas, al tiempo que una banda de música de Ampuero, hacía sonar aires populares. El momento fue de gran alegría por el ascenso racinguista.

   Una vez fuera de los Campos de Sport del Sardinero, los aficionados ampuerenses recorrieron Santander al son de la música de su extraordinaria banda. Al ser requeridos por las autoridades de la policía para suspender el pasacalles de la ciudad, por estar en periodo de Semana Santa, Daniel Freire sacó el salvoconducto del Obispo Bueno y la alegría del Rácing, Rácing, ra, ra, ra, pudo seguir hasta Ampuero con el júbilo y la sana alegría de un día inolvidable: domingo, 10 de abril de 1960 con ramos más floridos que nunca.

Jesús García Pérez 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario