La fotografía nos muestra a los transeúntes entre medrosos y curiosos contemplar en Long Branch a miles de afiliados al Ku-Klux-Klan, mejor sería decir tribu, desfilar por la calle principal después de haber concurrido con sus parientes a la manifestación más importante que han realizado en aquel país. Afortunadamente aquí no habría sido posible a extravagancia tamaña osadía, que repugna a todo sentimiento de dignidad colectiva... No habrían faltado varones que hubieran intentado disolver aquella manifestación que no sería posible sin una extrema pusilanimidad pública.
Eso sino los disolvía antes la rechifla pública. Tal vez, porque hasta los trajes pierden su carácter fuera de su ambiente propio, a nosotros españoles, habituados a ver encaperuzados en fiestas religiosas y como imágenes del arrepentimiento y de la devoción imponentes como se les ve en Andalucía por Semana Santa, nos causa más bien risa esa procesión de capirotes tremolando al frente la bandera norteamericana...
Alberto Cardiel- La Esfera 1924
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