domingo, 16 de junio de 2013

La Torre de la Bárcena 2


Esta crónica, subjetiva de principio a fin, trata sobre el futuro e hipotético museo que albergará el Palacio de la Bárcena y parte de un tiempo venidero, cuando ya estén resueltos los problemas de resistencia de las distintas plantas de la torre y por lo tanto todas ellas estén accesibles al público. Es tan solo una idea y como es lógico cada persona que lea estas líneas  y piense al respecto tendrá su propia opinión sobre lo más aconsejable que debe hacerse en la torre.

 
                                                                                                Palacio de la Bárcena 2006
 
 
                 No resultará una tarea sencilla llenar de contenido la Torre de la
Bárcena. Ni el panorama cultural existente ni la crisis favorecen el
entusiasmo pero el Palacio de la Bárcena se ha rehabilitado y es un
edificio que merece y se debe aprovechar.
      En Ampuero hay realmente necesidad de contar con espacios que
puedan albergar actividades como exposiciones, tertulias, proyecciones
etc... locales donde se reúnan puntualmente distintos colectivos o puedan
preservarse documentos así como posibles colecciones de objetos
relacionados de algún modo con la historia de Ampuero.

          La Torre de los Espina tiene el “inconveniente” de estar situada a las
afueras del pueblo,  con lo cual no va a tener la misma afluencia de
visitantes  que si hubiera estado emplazada en la Plaza Mayor.
Salvo para eventos especiales no parece el lugar idóneo  para celebrar
actos culturales, para ellos mejor resultaría habilitar un local en el centro
como en su día funcionó la sala de actos de la Casa de la Cultura.
     Hoy ese espacio puede encontrarse en la segunda planta
del edificio de Caja Cantabria al menos hasta que terminen las obras del
ayuntamiento. La Torre de Los Espina  bien pudiera convertirse en una
especie de “Centro de Interpretación”, con las peculiaridades oportunas.

Los Centros de Interpretación que surgieron como setas antes de la crisis
en su mayoría se han cerrado o se mantienen con muchas dificultades,
sólo abriendo en verano por ejemplo, y eso con suerte. La razón principal
es que no han interesado mucho al público, no contienen piezas de gran  
valor sino reproducciones; y se visitan una vez y ya no se vuelve; y son
costosos porque requieren personal.

 ¿Y sobre qué tema podría tratar este Centro de Interpretación?

En el año 2002 la Casa de Cultura acogió una exposición divulgativa sobre
os molinos harineros existentes en el bajo Asón. La exposición estaba
formada por una serie de paneles didácticos, maquetas de molinos en
movimiento y la presencia de una serie de objetos y utensilios como
muelas, rodetes, torillos, una desgranadora de maíz, picas, palas para

recoger la harina, muestras de distintos cereales, recipientes de cabida,
etc.
La Asociación Cultural “Juan de Espina”, a la que pertenecían varios
profesores del Instituto de Educación Secundaria “José del Campo”, fue la
organizadora de esta muestra, después de haber llevado a cabo una gran
labor de investigación de los restos materiales que aún perduran en las riberas del bajo Asón, consistentes en obras hidráulicas, edificaciones, carpintería, maquinaria, utensilios etc.

La Asociación “Juan de Espina” que espero aún siga con vida puede
aportar mucho, sí así lo estima oportuno, a este hipotético proyecto museístico.

Ruedas de Molino.
De la Exposición realizada en 2002
por la Asociación Cultural
"Juan de Espina"
 
 
 
 
 
 
 

Arriba: Maqueta de un Molino.  Abajo: El escudo de los Espina conservado en la iglesia.


Aquella exposición tuvo mucho éxito y dio a conocer un aspecto casi
olvidado de la riqueza patrimonial de Ampuero, al mismo tiempo que
invitó a proteger y salvar de la demolición y el abandono estos ingenios
hidráulicos que desde siglos han estado integrados en el paisaje natural y
representan una muestra significativa de la cultura popular, y que bien
pueden ser útiles en el futuro para el desarrollo turístico, si se sabe
aprovecharlos con el adecuado respeto. (D. Montañés 2002. S. Brera)
 
 



El Palacio de la Bárcena se encuentra enclavado en un lugar idóneo para
albergar un museo sobre los molinos harineros. Casi enfrente de su
portalada se sitúa el Molino de Santiago, que formó parte del conjunto
solariego de los Espina. Allá por 2001 aproximadamente sus ruinas se

 
sacaron a la luz, se reparó el cubo, rehaciéndose los esquinales, se excavó
la estolda y se inició una fase de rehabilitación pareja a la misma
rehabilitación de la Torre.
Muchos son los molinos censados en las inmediaciones, el de Órtola,
situado muy cerca, en el camino que conduce de Ampuero a Bernales, es
el mejor conservado, aún es apto para la molienda y está completo,
aunque necesita la limpieza de su cauce y el arreglo de su tejado, obra que
se está llevando a cabo, aunque no exenta de problemas burocráticos que
en vez de favorecer, dificultan.
Nadie mejor que el propio Órtola, persona amable, conversadora y muy
documentada , sobre todo por experiencias vividas, de todos las presas y
molinos  que existieron en el Vallino.  Los hermanos Órtola bien pudieran
resultar otro pilar clave para poner en marcha una especie de “parque
temático” en tal privilegiado enclave. Un proyecto que hace años se tuvo
en cierta consideración pero que no se llegó a concretar. Son tareas de
mucha envergadura y recorrido pero por fortuna con lo más importante
ya se cuenta, está hecho hace muchos años: la Torre, el molino, los
cauces, las compuertas… para sí lo querrían tener muchos pueblos.

Dibujo que anunció la exposición de molinos de la Asociación Cultural "Juan de Espina" en 2002.



Ya sabemos que hoy hay poco dinero en las arcas municipales pero
con pequeños desembolsos anuales, un poco orden y cabeza,
colaboración y ganas de trabajar, bien puede ponerse en marcha un
proyecto de este tipo.

 No es necesario diseñar una pasarela entre ambos lugares, como se
pensó en cierta ocasión y desde luego que bien quedaría, pero puede
salvarse el río Vallino atravesando los Atrancos.
No es necesario pagar a expertos forasteros para que te vengan a explicar
y diseñar lo que hay que hacer porque tanto los miembros de la 
Asociación “Juan de Espina” y el mismo Órtola, lo saben de sobra.
Esencial poner a punto el molino para que funcione al completo y luego ir
lenando el Palacio de la Bárcena con una buena exposición sobre “la
Molienda”, con ello ya podrán abrirse las puertas,  acudir visitantes,
autobuses escolares, etc.
 

             Una de las dos fieras cabezas de león que soportan a los dos maceros de la portalada

 
                                                                          El Palacio en invierno
 
En torno a los molinos harineros se generó mucha literatura y folclore, muchos refranes y dichos, que también se pueden ir recogiendo y añadiendo a la exposición, como así hizo en su día la Asociación “Juan de Espina”. Abundaban aquellos que resaltaban la ganancia del molinero: “Quien te maquila te esquila”; “Pide agua todo molino y el molinero su vino”; “Trajina más Marcelino que la rueda de un molino”; “Al molino y a la mujer siempre hace falta algún menester”; “Cien sastres, cien molineros, cien tejedores, trescientos timadores”.

Una actividad tan importante se generó a orillas del Vallino que no podía dejar de tener su reflejo en canciones y dichos populares; así, aquella muestra de “Juan de Espina”, también recogió algunos ejemplos de canciones y coplillas populares de la zona, como los siguientes dichos. “No comulgar con ruedas de molino” (no dejarse engañar). “Echar todo el agua a su molino” (sacar provecho de todo). “No va por ahí el agua del molino” (lo que se propone no es adecuado). “Ir al molino” (ponerse de acuerdo con alguien). “El molino está picado” (pasar hambre).

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La Torre debería albergar también un museo sobre las tradiciones locales.
Si fuera posible reconstruir de manera simulada el taller de Manolo Secunza, con su
torno, sus bolos y bolas, la viruta ....    
En la imagen: " practicando el pasabolo" en la Nogalera.
 
Piezas de peso como las ruedas de molino, que hay hoy en día creo recordar en el patio de la Casa de Cultura, se podrían situar en el jardín del Palacio de la Barcena.  Y en fin, todo será ir recopilando utensilios, documentación, dibujos, maquetas …  e ir llenando una de las plantas de la Torre con todo ello para empezar.

La historia de la familia Espina y de la Torre requieren también un espacio destacado. Han ocurrido episodios de verdadera crónica negra que también se podrían reflejar.

 
No debiera faltar un espacio en la Torre para albergar un archivo fotográfico.
En la imagen superior, facilitada por Luci García, el popular canto de las marzas, entre otros Tomás García, el campanero; Manolo López, el zapatero; Mauro, el de las gaseosas y Manuel Sánchez.
 
     Por lo que he visto a la ligera algo ya se ha llevado a efecto, y al parecer tomando como eje argumental aquel famoso personaje llamado Juan de Espina, que coleccionaba objetos de arte e instrumentos científicos, pero ese señor creo que  vivió toda su vida en Madrid y poco lo relaciona con nuestro pueblo, salvo una hipotética partida de nacimiento, también sobre este tema se puede argumentar en el museo.
Todo lo hecho hasta el momento debe aprovecharse pero lo importante es no alejarse mucho de la historia de Ampuero y que el Palacio de la Bárcena contenga al final un verdadero museo de nuestro pueblo, que conserve esencias de nuestro pasado y de nuestras tradiciones.

Importante que albergue un archivo fotográfico, de carteles, de documentación histórica, de múltiples objetos vinculados con nuestra cultura. Deberán estar presentes la tradición de los encierros, de los bolos, de las piragüas, de los indianos, de las marzas, de la pesca de truchas y salmones …. Dar forma a todo ello será complicado pero si se trabaja en esa dirección es difícil que se fracase y además se ampara un legado que agradecerán las generaciones futuras. Estoy seguro que si se pone en marcha este museo de forma seria al proyecto se sumarán muchos vecinos donando pequeñas "reliquias" que tienen en sus casas o en sus desvanes y no saben muy bien que hacer con ellas.

Sobre la marcha se establecerá la forma más idónea para ser visitada la Torre, no descartando que pueda abrirse en determinadas ocasiones como centro de estudios y biblioteca.

La tarea es grande pero puede iniciarse poco a poco...
 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

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