sábado, 19 de mayo de 2012

La Canción de la Muerte

Débil mortal no te asuste 
mi oscuridad ni mi nombre;
en mi seno encuentra el hombre 
un término a su pesar.
Yo, compasiva, te ofrezco 
lejos del mundo un asilo,
donde a mi sombra tranquilo 
para siempre duerma en paz.


Soy la virgen misteriosa
de los últimos amores, 
y ofrezco un lecho de flores,
sin espina ni dolor,
y amante doy mi cariño 
sin vanidad ni falsía;
no doy placer ni alegría, 
más es eterno mi amor.

Deja que inquieten al hombre
que loco al mundo se lanza, 
mentiras de la esperanza
recuerdos del bien que huyó; 
mentiras son sus amores,
mentiras son sus victorias,
y son mentiras sus glorias,
y mentira su ilusión.

Cierre mi mano piadosa
tus ojos al blanco sueño,
y empape suave beleño
tus lágrimas de dolor.
Yo calmaré tu quebranto 
y tus dolientes gemidos, 
apagando los latidos 
de tu herido corazón.

(La Canción de la Muerte . José de Espronceda. 
Paco Ibañez tiene una canción con esta letra. Por cierto al poema le faltan algunas estrofas)




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